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Este texto pertenece al capítulo VII del libro "Integración Curricular Basada en Proyecto - Escuelas Agrarias" del Ing. José María Cagigas (c) 2019

“Espacio de Aplicación y Análisis del Diseño Curricular”

“Espacio de incubación de los PIC y V”

Espacios de encuentro de la Teoría y la Práctica

Lugares de desarrollo de los Proyectos de Integración Curricular Para adquirir y ejercitar Valores y la Cultura de trabajo Unidades de Producción Diversificados de Referencia con el Contexto

Ing. José M. Cagigas - Ing. Fernando Brower - Prof. Elenita Zabaletta

En este capitulo pondré en valor, los entornos formativos como espacios cuyo fin prioritario es, la enseñanza de los estudiantes. Hasta aquí abordamos los problemas de enseñanza1, su repercusión en el aprendizaje, destacamos algunos procedimientos basados en la participación, la estimulación y la motivación, despertando la curiosidad y la creatividad.

Las características de la propuesta es generar acción permanentemente, mantener los alumnos en un régimen activo, los escenarios pueden ser en, las tradicionales aulas promoviendo allí la estrategia pedagógica de integración curricular basada en proyectos ICBP; pero las escuelas agrarias cuentan con espacios específicos significativamente atractivos para los estudiantes y especiales para desarrollar actividades pedagógicas innovadoras.

Lugares donde aprenden a valorar los recursos naturales; en muchos casos ocurre el primer contacto con animales y plantas, reconocen fenómenos en los procesos productivos.

  • Estos lugares llamados entornos formativos que desde una visión externa, se pueden considerar espacios que rodean a una persona con la finalidad de formarlos.
  • Desde este conceptos y sumando la propuesta pedagógica, llevamos los estudiantes a ser participes receptores de los procesos de enseñanza-aprendizaje en espacios reales conformados específicamente para ello.

Cuando se alejan de esta concepción, proporcionalmente, dejan de cumplir con su funcionalidad; al contrario, cuando se fortalece en ellos la “dinámica didáctica”, son los verdaderos espacios de construcción y consolidación de la “formación integral” de los estudiantes.

Cuando se priorizan los aspectos productivos sobre los pedagógicos, los docentes y alumnos comienzan a estar mas distantes, cuando los alumnos asisten a realizar solo tareas propias del proceso productivo comienza la distorsión.

  • Estas distorsiones, afectan la calidad educativa, a veces no se perciben los efectos, será motivo de análisis en cada situación; pero invito a reflexionar, a observar por ejemplo: Si en ellos ocurren rotaciones de estudiantes acordes a las demandas de su formación “trayectoria formativa”, a observar si en ellos se aplican técnicas y desarrollan métodos de enseñanza actualizados; a observar la participación de los alumnos, si realmente responde a tareas propias de aprendizaje o meras rutinas de mantenimiento.
  • Tal vez, solo basta con la opinión de los alumnos cuando se alejan o los alejamos de estos sectores; cuando la rutina escolar diaria se realiza siempre en el aula ¿Como se sienten?

También me parece oportuno solicitar a los lectores a reflexionar y analizar lo siguiente:

¿Cuando la participación de los alumnos se reduce a prácticas repetitivas en actividades productivas, podrían ser causas de desmotivación? Por otro lado cuando están distantes de estos espacios… ¿Se desvanece el interés?

La experiencia me permite afirmar que cuando los alumnos no van a los entornos en forma frecuente a realizar tareas bien organizadas y dinámicas, que despierten interés y las valoren, “lentamente por no encontrar lo que vinieron a buscar” se decepcionan. Los alumnos que pueden decidir el ingreso a nuestras escuelas buscan en ellas contacto con lo natural por que les genera expectativas. Los atraen los animales, las plantas, las tradiciones camperas, la música, las danzas, el mate y las comidas tradicionales. Hoy también son los más preocupados por ejemplo por el cuidado medio ambiental. Todo aquello que se opone a satisfacer estos deseo inevitablemente a corto o mediano plazo desalienta.

Por otra parte en ciertas ocasiones se piensa, que la mejora de la calidad educativa se resuelve con cambios en los lineamientos curriculares, en provisión de elementos didácticos, en tecnologías innovadoras; si bien siempre hay que proponer ajustes y actualizaciones, mejoras, nuevos soportes didácticos y tecnología además de cargos docentes, la pregunta es, ¿La calidad educativa esta supeditada a esto?

Yo he vivido la experiencia de comenzar mi tarea como docente técnico en una escuela “pobre”, pobre de infraestructura y equipamiento, pero a su vez rica en actitudes personales, con gente responsable y comprometida. Los entornos no existían, el diseño los demandaba, el sistema no aportaba en aquellos años 1982; sin embargo la pasión de esta noble gente nos llevo a construir como en muchas escuelas las secciones didácticas productivas a “pulmón y mangazos”. Todo servia, alambres viejos, postes, animales y semillas donadas, herramientas reparadas y la ayuda de algún corralón con materiales. Así nacieron los hoy entornos formativos, de a poco… pero sin pausa, todos y cada uno de los días del ciclo lectivo se iba al campo a construir. Ah se iba en carros tirados por un tractor desde la ciudad al campo 5 Km., ¡Que irresponsabilidad, se diría hoy! Más de 30 alumnos con un preceptor por carro. El trabajo formativo estaba referido a un gran proyecto integral de construcción de entornos… y los estudiantes aprendían conceptos, lograban capacidades sobre todo del hacer y el como hacer y el porque hacer. Se valoraba la responsabilidad y los saberes. Recuerdo que los estudiantes esperaban estos momentos, había ansiedad más que eso, voracidad diría por ir al campo, no teníamos mucho mas que trabajo y conocimientos para ofrecerles, siempre recordare esos momentos. La felicidad cuando se terminaba un obra, un gallinero, un vivero, una guachera, un refugio o una pequeña obra de riego; era un logro de los profesores y los alumnos, era un paso más hacia la terminalidad de la formación secundaria agraria. Un pequeño crecimiento del sector, un trabajo compartido. Y que sucedió después…

Años mas adelante, llega la nueva escuela, 1996, nuevos entornos casi completamente equipados…todo para dar el gran paso. ¿La formación de nuestros alumnos fue mucho más eficiente? No, no fue así, costo mucho dejar de lado el gran proyecto de construcción de los sectores, ya no hacia falta, era todo nuevo. La adaptación de los docentes y alumnos costo mucho, años para evidenciar mejores resultados. Dejar el viejo gallinero familiar y pasar al nuevo sector con área de incubación, de recría, de ponedoras a piso y en jaulas, galpones de parrilleros y sala de elaboración de balanceados y así con todos los viejos a nuevos espacios fue todo un tema de adaptación; sumado a la falta de cargos docentes y obreros.

Este verídico relato, me ayuda para que se observe que ni el edificio nuevo, ni el equipamiento moderno, ni un diseño actualizado resolverán por si, el gran problema de la escolarización y, más aun de la mejora de la calidad educativa. Para alcanzar este objetivo, se necesita mejorar prácticas docentes, capacitar y capacitar, aunque a veces pensemos que ya sabemos todo, la realidad de enfrentarnos entre pares y contar nuestras experiencias, nos hará ver que aun no estamos del todo formados. JMC.

 

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Los entornos formativos como espacios cuyo fin prioritario es, la enseñanza de los estudiantes. Las características de la propuesta es generar acción permanentemente, mantener los alumnos en un régimen activo, los escenarios pueden ser en, las tradicionales aulas promoviendo allí la estrategia pedagógica de integración curricular basada en proyectos ICBP1; pero las escuelas agrarias cuentan con espacios específicos significativamente atractivos para los estudiantes y especiales para desarrollar actividades pedagógicas innovadoras

Fecha 21-12-2020
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